De ti, sin ti.

Ella: Dices pronto y siento que es demasiado. 
El: Y yo te vi y creí en lo imposible
Ella: Entonces por qué seguimos esperando?
El: Calma, que si nos mantuvimos vivos durante todo este tiempo con las personas equivocadas, no creo que ahora cuando ya todo empieza a tener sentido la paciencia se agote y muera esto.
Ella: Eso es lo peor "todo este tiempo".
Aunque unos tantos días más de ti, sin ti, aumentarán la tensión y las ganas. 
Me quedo con tu idea de esperar sin desesperar y te aseguro no tendrás retorno cuando mi alma roce tus labios, cuidado.
El: No tengo porque tener cuidado, no te temo. Camine solo durante todo este tiempo y me llegue a sentir tan vacío como una hoja en blanco y lo único que deseaba para mi era que llegará esa mujer que estampara su firma en mi. No creo que tus ganas sean mayores a las mías, sinceramente.
Ella: Si tu mente sigue halagando la mía créeme no tendremos muchas salidas
Si me inquieto con algo es porque vale tomar el riesgo y que mi corazón se haga cargo. Me gusta cómo me deseas, me gusta cómo me observas, desde tu ventana se ve bonita la mía. No eres normal, no lo seas.
El: Tu corazón se puede hacer cargo de lo que sea, puede hasta tomar la responsabilidad del mio. Seré tuyo sí así lo deseas, solo te pido que seas cómplice con el tiempo.
Ella: Acepto la responsabilidad entera 
Aunque a veces no me lo crea
Pareces que como te pedí, te mandaron, solo por eso no quiero desaprovechar  
Y te pido que cuando llegue el día no me pierdas ni un segundo más.
El: Aquí la palabra perder se debe perder. Como se te ocurre decir eso después de tanto, no quiero y me reniego a pensar en eso. Sobre mi imaginación siempre estuviste, pero como un rompecabezas por armar. Ahora, en este preciso momento sigo con piezas en mis manos que no sé donde van y no las quiero guardar ni arrojar porque tengo la certeza de que me falta poco y eso es lo que me tiene así de entusiasmado. Esto no es normal, no lo somos.
Ella: Seguiré entonces soñando contigo
Que me besas los miedos, me acaricias la sonrisa. Yo Indagando en tu cerebro recorriendo tus pensamientos. Me encanta como vuela mi imaginación si pongo tu nombre en la punta de mi lengua.
El: No se que decirte. Me dejas en mute.
Ella: Quizás sea mejor. Quizás ahora las palabras solo estén de sobra. Quizás, solo quizás, hay que dejarnos llevar, sin hablar.
El: Entonces quédate así que eso era lo que quería, que hicieras silencio para poder explicarte algo. No te puedo prometer ni villas ni castillos porque no los tengo y si los tuviese no te hablara de su existencia. Si te los prometiera te estuviese mintiendo y no quiero mentiras y si te hablo de ello quizá notaría más tu interés por mis villas y castillos que por mi. No quiero eso, ni villas, ni castillos. Me encuentro lleno de algarabía, con una emoción gigante, más grande que cualquier castillo que pueda existir, tengo  a la princesa de mi cuento y eso me da vida. Haz llegado a dar luz a mis próximos caminos, al largo recorrido que aun me hace falta y que esto apenas empieza, es un proceso que pienso disfrutarmelo desde ya hasta no mas.
Ella: Decidí que era hora de quedarme cuando me escuchaste el alma y no la voz.
El: Cuando te vi note que las mentiras te arropaban, te veías bonita, pero tenía la certeza de que si podía quitarte todo eso de encima te podría ver como eras en realidad y no me equivoque, ahí entendí cual era mi tarea y mi propósito contigo. Debía cubrirte con mi manta, darte calor con mi voz, regalarte de mis sueños para que pudieses dormir conmigo. Estaba claro que de ti no me debía marchar, habías penetrado mi alma con ese corazón enpolvado, algo añejado, que sinceramente no sé si en realidad estaba esperando por mi, lo cierto del caso es que he cogido el trapero y he empezado a descubrirte poco a poco y las sorpresas que me he llevado me tienen atrapado a ti.
-AriiAlejandra en complicidad con Angelo Lievano.

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